miércoles, 25 de abril de 2012




YPF: Una lectura política - militante.
La decisión tomada por el gobierno, el lunes 16 de abril, en principio, no debería sorprender a nadie porque es coherente con el proceso de transformación iniciado en el 2003. La recuperación de YPF, esta en la misma línea que la renegociación de la deuda, el pago total al FMI...
..la nacionalización de las AFJP, la ley de medios, la nacionalización de aerolíneas y que la reforma de la carta al banco central. Son medidas de recuperación, o de refundación. Son medidas de limpieza de los resabios neoliberales que aun quedan. Lo que no deja de sorprender, es el coraje con que el gobierno avanza en estas decisiones. El modo poco planificado hace pensar que hay improvisación, de ahí que la prensa opositora hable de arrebato o de improvisación. En realidad lo que hay una estrategia que consiste en esperar la oportunidad, crear las condiciones para dar el paso en el momento adecuado. Recuperar la soberanía hidrocarburifera, que es lo que se ha hecho, es fundamental para este momento político económico, y la expropiación era la decisión mas adecuada. Para acompañar el crecimiento económico se hace necesario la inversión y la exploración, cosas que no se podían esperar de una empresa privada cuya única finalidad son las utilidades. Recursos como el petróleo y el gas, son no renovables por eso tiene un valor estratégico, y es necesaria el control del estado para ponerlo al servicio de las necesidades del país. Esto no se podía esperar de ninguna manera de Repsol. Lo que ocurre con la nacionalización de YPF, es que la medida ha sido recibida con mucha euforia, no solo por los militantes sino también por un sector de la población que no apoya totalmente al gobierno, por eso esto marca una diferencia con las otras medidas que deberían ser consideradas especialmente por la militancia. En primer lugar, se ve la posibilidad de ensanchar el frente nacional y popular donde entre otros vuelven a estar los sectores mas progresistas del radicalismo, así como sectores del centro izquierda que en los últimos tiempos disentían con el gobierno. Es la oportunidad entonces de ampliar y fortalecer el frente interno. Quizás sea el momento de reflotar aquella transversalidad que tanto buscaba Néstor En la vereda de enfrente como era de esperar se puso el Pro, el discurso de Mauricio Macri anunciando que no iba a acompañar al gobierno, la anécdota de la hija, la predicción apocalíptica “dentro de un año vamos a estar peor”; no hace otra cosa que construir un discurso en el cual se conjugan los valores mas conservadores: el miedo al futuro, el temor de la inseguridad, la preservación del núcleo familiar. Hace su juego para acumular por derecha a los sectores de derecha y a los que se consideran sin pertenencia política. Les habla a los sectores del medio pelo, a aquellos que le s cuesta arriesgar que se asustan a la primera ola. Pero el núcleo ideológica de la oposición a la recuperación de YPF esta en el editorial del diario La Nación, del día sábado 21 de abril, en la cual se habla de confiscación , no de expropiación. Los principales puntos de su argumentación son: El gobierno avanza hacia el derecho de propiedad; Es una confiscación no expropiación; El modo en que actúa el gobierno es patoteril ; Los que apoyan al gobierno son primitivos. El estado es ineficiente para tamaña empresa. Todos son enunciados que hubieran tenido una buena recepción en los 90, cuando estaba el terreno fértil para la aplicación de las recetas neoliberales. Hoy este discurso, por suerte y gracias a todos estos años de gobierno kirchnerista, es minoritario. Pero la victoria aun no se consiguió. El discurso de la oposición es útil para ver cual es el mapa de lo que viene. Se va a poner la lupa en la eficiencia en la perdida en los resultados a corto plazo, por eso es necesario apuntalar este paso desde una postura militante que vaya desde la formación en los cuadros sobre este tema hasta el esclarecimiento en la calle, en los trabajo, en todo las redes sociales, de toda la marcha de este gran proceso de cambio. El gobierno que encabeza Cristina tiene un estilo y un modo de avanzar, que consiste en asumir totalmente la política como herramienta de transformación social, sorprende con cierta prepotencia de trabajo, con golpes de audacia, con gestos de coraje cívico sin apartase de la ley, aunque use modos poco amables en algunos casos. Con ese estilo muestra un gran talento para irritar a la oposición de derecha, para confundir a la oposición de izquierda, y para generar hasta las mismas criticas históricos que provoco siempre el peronismo. Hechos como los del lunes 16, logran identificar al peronismo totalmente con al patria y eso es lo que hace al peronismo revolucionario. Ahora la militancia tiene que estar a la altura de este momento y movilizarse

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